El final de la Guerra Fría dio comienzo a una "Era de la Imitación" llena de inestabilidad. Después de 1989, negarse a seguir el ejemplo de Occidente no era una opción, lo cual fue para los imitadores una imposición neocolonial humillante y, entre los imitados, alentó una arrogancia imperial y un total desinterés por el funcionamiento de otros países.
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La luz que se apaga
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Cómo Occidente ganó la Guerra Fría pero perdió la paz