Todo sucedió en la pista de baile
Las primeras discotecas de Nueva York ofrecían no sólo la mejor música, sino una experiencia que se prolongaba hasta bien entrada la madrugada gracias a los disc jockeys.

La música disco evolucionó por su cuenta hasta que la revista Rolling Stone la reconoció como parte del género underground.
Se organizó una quema pública de discos para protestar por el espíritu libre e integrador de este género musical.
En el nuevo fascículo de la colección Dance de EL PAIS se analiza el origen de la música disco, una subgénero de la música negra de Memphis o Georgia que por el camino atrajo a muchas otras minorías deseosas de olvidarse de los problemas y salir a bailar toda la noche. Integrar todas estas culturas fue el verdadero éxito de este género musical donde diferentes estilos sirvieron de guía para los avances sociales que estaban por venir.
La llegada del disc jockey
Los disc jockeys o DJs empezaron llenando los huecos entre grupo y grupo en las fiestas y se extendieron de forma natural hasta bien entrada la madrugada, haciendo que la noche de Nueva York no terminase nunca. A Tom Multon les debemos la producción y recopilación de muchos éxitos entre ellos los de Grace Jones con “La vie en Rose” y algunas de las mejores noches en la míticas salas Arthur o Studio 54, cuyas historias más épicas aparecen recogidas en el nuevo fascículo de la colección Dance de EL PAIS.
1973, reconocimiento de la industria.
A diferencia del hip-hop o el punk (también en auge en esta época) la música discono estaba reconocida como tal, los primeros sonidos llegaron con la voz de Eddie Kendricks y su tema Keep on Truckin o la evolución del Sonido Memphis hacia propuestas más abiertas como el Rock The Boat de Hues Corporation, ambos en 1973.
La revista Rolling Stone incluyó ese mismo año en su especial sobre el underground a la música disco como género musical propio, otorgándole máxima repercusión. Desde este momento, a lo largo y ancho de la geografía se comenzaron a abrir discotecas y se multiplicaron tanto los promotores como los disc jockeys.
Todo ocurrió en la pista de baile.
El punto álgido llegó en 1977, cuando John Travolta interpretó en Fiebre de Sábado Noche a un chico italiano que sólo quería bailar. El título significó el lanzamiento internacional de los temas "You Should be Dancing" o “Stayin Alive” de los Bee Gees que servirían para invitar a la gente a dejar a un lado la realidad y saltar a la pista de baile.
Como se detalla en el nuevo capítulo de la colección Dance de EL PAÍS, aquel álbum llegó a ser el más vendido de la historia. Por el camino llegarían hits como el Sunny de Bonnie M (1976) Le Freak de Chic (1978) o el inmortal Rapture de Blondie.
Un día de julio de 1979, durante un partido de béisbol, se organizó una quema de discos por parte de sectores racistas para denunciar el espíritu integrador de esta música de minorías. La quema acabó con disturbios y los promotores de música discotuvieron que recluirse a su lugar original, el underground, desde donde han seguido inspirando generaciones hasta renacer en formatos como el house o el dubstep, de los que hablaremos en otras entregas.
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